La Marina polaca está pasando actualmente de una flota compuesta en gran parte por buques envejecidos de la era de la Guerra Fría a una fuerza moderna diseñada para abordar los desafíos de seguridad contemporáneos en el Mar Báltico. Esta modernización está impulsada por la creciente amenaza de Rusia y la creciente importancia estratégica del dominio marítimo de Polonia para su economía y seguridad nacional. Durante años, la marina ha sido una prioridad de inversión menor en comparación con las fuerzas terrestres y aéreas, lo que ha resultado en una flota pequeña y tecnológicamente anticuada. Los principales buques de combate de superficie incluyen dos fragatas de la clase Oliver Hazard Perry, anteriormente de la Armada de EE. UU., adquiridas a principios de la década de 2000, y un único submarino de la clase Kilo de la era soviética, frecuentemente reparado, el ORP *Orzeł*.
Las capacidades navales actuales de Polonia se centran en la guerra litoral. El país ha logrado avances significativos en contramedidas de minas con la introducción de buques modernos de la clase Kormoran II, que se consideran muy efectivos. Otra fortaleza clave es la Unidad de Misiles Navales con base en tierra, equipada con misiles de ataque naval noruegos (NSM) que crean una burbuja de antiacceso/negación de área (A2/AD) en el Báltico sur. Sin embargo, las capacidades para la guerra antisubmarina y la defensa aérea integral en el mar son actualmente limitadas debido a la antigüedad de los principales buques de combate.
La estrategia marítima de la nación se centra cada vez más en la protección de infraestructuras críticas, como gasoductos y futuros parques eólicos marinos, y en garantizar la seguridad de sus líneas de comunicación marítimas. Estos puertos son vitales para la economía polaca y para recibir apoyo militar aliado. La estrategia aborda el aumento de las tácticas de guerra híbrida, incluidas las actividades de una "flota en la sombra" rusa cerca de infraestructuras submarinas críticas. En respuesta, Polonia está invirtiendo en plataformas de vigilancia no tripuladas.
La pieza central de la modernización de la Armada es el programa "Miecznik", que implica la construcción de tres fragatas multipropósito basadas en el diseño británico Arrowhead 140. Estos buques de guerra de 7.000 toneladas representarán un salto significativo en capacidad, equipados con sistemas de lanzamiento vertical Mk 41 para misiles de defensa aérea y misiles antibuque, lo que permitirá una integración efectiva con las fuerzas de la OTAN. La primera fragata, ORP *Wicher*, está en construcción, y las tres están programadas para entrar en servicio para 2034. Otra iniciativa crítica, aunque problemática, es el programa de submarinos "Orka", que tiene como objetivo reemplazar el único submarino de la clase Kilo con nuevos submarinos, potencialmente armados con misiles de crucero. Este programa se considera esencial para crear una disuasión creíble, pero ha enfrentado retrasos significativos. La construcción naval polaca también se está revitalizando a través de estos programas, con énfasis en la transferencia de tecnología y la construcción local en astilleros modernizados.
El alcance operacional de la Marina polaca se limita actualmente principalmente al Mar Báltico. Si bien la flota existente puede participar en las operaciones de la OTAN en el Báltico, su capacidad para proyectar poder más allá es limitada. La introducción de las fragatas de la clase *Miecznik*, con su autonomía de 30 días y un alcance significativo, mejorará la capacidad de la marina para operar de manera más efectiva con los aliados más allá de sus aguas costeras inmediatas.