Misil M51

El misil balístico lanzado desde submarino M51 fue desarrollado para reemplazar el sistema M45 anterior. Sus orígenes de diseño se remontan al programa M5 de finales de la década de 1980, que fue oficialmente renombrado M51 en 1996 tras una reestructuración que redujo los costes de desarrollo. El motor de propulsante sólido de tres etapas del misil deriva directamente de los propulsores utilizados en el vehículo de lanzamiento espacial Ariane 5. Tras una serie de pruebas de vuelo, el M51 entró oficialmente en servicio con la Armada francesa en 2010.

Impulsado por un cohete de combustible sólido de tres etapas, el M51 es un misil estratégico de largo alcance capaz de alcanzar velocidades hipersónicas de hasta Mach 25. Aunque su alcance operativo exacto es clasificado, se estima que está entre 8.000 y 10.000 kilómetros. El misil utiliza un sistema de guiado astro-inercial, con planes de integrar el sistema de navegación por satélite Galileo en el futuro. Está equipado con una aeropunta extensible para mejorar su rendimiento aerodinámico. La variante M51.1 puede transportar entre seis y diez ojivas termonucleares TN 75 de puntería múltiple independiente (MIRV), que van acompañadas de ayudas a la penetración para superar las defensas. Una variante posterior M51.2, introducida en 2015, transporta la nueva ojiva Tête nucléaire océanique. Una mejora M51.3 está actualmente en desarrollo y se prevé que entre en servicio alrededor de 2025.

El M51 sirve como armamento estratégico principal para los submarinos de misiles balísticos (SSBN) clase Triomphant de la Armada francesa y está previsto para su integración en la futura clase SNLE 3G. Su entrada en servicio fue precedida por una exhaustiva campaña de pruebas que comenzó en 2006. Un hito clave ocurrió en enero de 2010 con el primer lanzamiento submarino exitoso desde el submarino Le Terrible. Una prueba posterior en julio de 2010 validó formalmente la capacidad de los submarinos clase Triomphant para operar el misil. La operatividad y fiabilidad del sistema se han mantenido desde entonces mediante lanzamientos de prueba regulares, realizados tanto desde submarinos sumergidos como desde instalaciones terrestres. Aunque una prueba en 2013 falló, el programa ha mantenido una alta tasa de éxito a través de numerosos lanzamientos, incluyendo pruebas de variantes de misiles mejoradas.