La Armada de Yibuti es una fuerza marítima pequeña pero estratégicamente significativa, centrada principalmente en salvaguardar la soberanía de la nación y asegurar sus vitales rutas marítimas. Su misión principal es proteger los 314 kilómetros de costa de Yibuti, sus aguas territoriales y su zona económica exclusiva. Este mandato es crítico dada la ubicación de Yibuti en la desembocadura del Mar Rojo, controlando el estrecho de Bab-el-Mandeb, un punto de estrangulamiento para el transporte marítimo mundial. El objetivo estratégico principal de la armada es disuadir o derrotar las amenazas y agresiones marítimas, garantizando la seguridad de su territorio e intereses marítimos.
La flota está compuesta por buques patrulleros, lanchas rápidas lanzamisiles y diversas embarcaciones de apoyo y desembarco. Aunque de tamaño modesto, las capacidades de la fuerza se han mejorado mediante adquisiciones y asociaciones internacionales. La asistencia de países como Francia y Estados Unidos ha sido fundamental en su desarrollo desde su fundación en 1979. En particular, la adquisición de varias patrulleras de EE. UU. en 2006 aumentó significativamente la capacidad de la armada para realizar patrullas de mayor duración, mejorando su persistencia en el mar.
El alcance operativo y la eficacia de la Armada de Yibuti se amplifican mediante una estrecha cooperación con socios internacionales. Participa frecuentemente en ejercicios conjuntos, como la serie Cutlass Express, para mejorar la capacidad de aplicación de la ley marítima y la seguridad regional. Estos ejercicios, a menudo centrados en la lucha contra la piratería, el tráfico ilícito y la pesca ilegal, se llevan a cabo dentro de marcos como el Código de Conducta de Yibuti, que promueve el intercambio de información y las operaciones coordinadas entre 20 naciones. Esta colaboración internacional es esencial para una armada pequeña que se enfrenta a los complejos desafíos de seguridad del Golfo de Adén y el Mar Rojo.
Al carecer de una industria de construcción naval nacional significativa, Yibuti depende de adquisiciones extranjeras para modernizar y expandir su flota. Su estrategia naval es inherentemente defensiva, centrada en la defensa costera, el conocimiento del dominio marítimo y la garantía del paso seguro de buques comerciales a través del Bab-el-Mandeb. La armada trabaja en conjunto con la Guardia Costera de Yibuti para cumplir con estas funciones.