La misión principal de la Armada Emirí de Catar (QEN) es proteger el extenso dominio marítimo de Catar, que es crítico para su economía debido a su dependencia de la producción de petróleo y gas en alta mar y del comercio marítimo. La estrategia marítima de la nación se centra en disuadir y repeler incursiones en sus aguas territoriales, salvaguardar la infraestructura crítica y contrarrestar amenazas como el terrorismo, la piratería y el contrabando.
Un pilar de su modernización es un importante programa de renovación y expansión de la flota. Un contrato multimillonario en euros con el astillero italiano Fincantieri, firmado en 2016, está entregando una gama de buques de guerra avanzados. Esto incluye corbetas clase Doha equipadas con sofisticados misiles antiaéreos y antibuque, grandes buques de patrulla oceánica (OPV) y un buque de asalto anfibio (LPD) que será el buque más grande de la flota de la QEN. El LPD proporciona un impulso significativo al alcance operacional, permitiendo operaciones sostenidas y proyección de fuerza. Además, Catar ha adquirido lanchas rápidas de patrulla del astillero turco ARES y ha encargado buques de entrenamiento de cadetes al astillero Anadolu, lo que indica un compromiso a largo plazo con el desarrollo de su personal naval.
Estas adquisiciones mejoran drásticamente las capacidades de la QEN. Las nuevas corbetas proporcionan capacidades robustas de guerra antiaérea y antisuperficie de las que carecía anteriormente. La introducción de un LPD y OPV extiende la autonomía de la armada y su capacidad para operar más lejos de la costa por períodos más largos. Los planes futuros, según se informa, incluyen la adquisición de dragaminas y el desarrollo de una flota de helicópteros navales, lo que ampliaría aún más el alcance operacional de la armada. También se ha informado de un interés en adquirir submarinos, lo que representaría otro salto en la capacidad estratégica.
Para apoyar esta flota expandida, Catar está invirtiendo fuertemente en infraestructura en tierra, incluyendo el desarrollo de una nueva base naval tecnológicamente avanzada. La preparación operativa de la QEN se está reforzando a través de programas de entrenamiento integrales para las tripulaciones, a menudo en asociación con la Armada Italiana, asegurando que el personal pueda operar eficazmente las nuevas plataformas. Aunque históricamente dependiente de socios de seguridad externos, Catar ahora está asumiendo más responsabilidad por su propia seguridad marítima, lo que refleja una tendencia más amplia entre los estados del Golfo.